2012. La apasionante entrega
Llegó el invierno y la oscuridad impregnó los despachos, con las tristes consecuencias de quedar Julián fuera de ferias como las de Valencia, Sevilla o Madrid. Surgieron diferentes rumores, incluso el de su retirada, pero el maestro madrileño no iba a sucumbir. Y fue en México, otra vez México, donde el
5 de febrero se jugó la vida, cortando cuatro orejas de un lote que no tenía absolutamente nada. La misma actitud mostró en Bogotá para lograr su puerta grande número 13 de la Santamaría.
Ya en España preparó cada festejo como un acontecimiento. Arrasó en Olivenza, Arnedo y Málaga. El 11 de mayo cuaja una tarde inolvidable en
Jerez, donde, tras cortar las dos orejas de su primer toro, expone todo su sentimiento ante un toro de Cuvillo del que obtiene las dos orejas y el rabo. Valladolid, Nimes y Córdoba también le ven salir en hombros. Y otro hito, como el de Jerez, acontece en otra plaza con sabor, la de Aranjuez, cortando un rabo tras sufrir una voltereta drámatica en el toreo de recibo. Otra volvertera, esta vez con la consecuencia de la luxación del hombro derecho en Granada.Tragó el terrible dolor e hizo una lidia íntegra con la mano izquierda, incluida la suerte de matar, que realizó a la perfección en una pincelada genial.
Reapareció en Badajoz en corrida de histórica expectación junto a José Tomás. El nivel de la tarde de El Juli volvió a rayar límites inauditos y paseó cuatro orejas. Esos mismos trofeos pasea en Santander y en Huelva. Tres orejas en San Sebastián y en Ciudad Real. En Bilbao,
el 23 de agosto, sale en hombros tras la enorme faena a un gran toro de El Pilar.
Sigue abriendo puertas grandes en Cuenca, Pontevedra, San Sebastián de los Reyes, Bayona, Murcia, Salamanca o Valladolid ante las cámaras en directo de Televisión Española.
En Zafra, en los últimos coleteos del año, se muestra tan fresco o más que en la primera corrida dando un recital de genialidad. También fue de Garcigrande el toro con el que despide el 2012 en Zaragoza, un sobrero al que cuaja con ardor del que no obtiene las dos orejas por un pinchazo previo y por la decisión del presidente, pero sí el reconocimiento a la mejor faena de la feria del Pilar.