25 aniversario
Julián López Escobar nace en Madrid, el 3 de octubre de 1982.
Es el menor de tres hermanos, Manuela e Ignacio. Su madre es originaria de Villamuelas (Toledo) hija de modestos empresarios taurinos de la provincia. Su padre, de mismo nombre y apodo, fue un novillero de Cazorla (Jaén) a finales de los años 60 e inicio de los 70, aunque tuvo que dejar la profesión por un percance que le afectó la visión en un ojo.
El Juli, de temprana afición al mundo de los toros, da su primer capotazo a una becerra a los 8 años en la fiesta campera por su primera comunión. Pide a sus padres que le inscriban en la Escuela de Tauromaquia de Madrid. Y a los 10 años estoquea su primer becerro en el pueblo de su madre.
Su precocidad impresiona a sus profesores de la escuela y en especial al maestro Gregorio Sánchez. Tras sus primeras actuaciones en público los profesionales y aficionados, especialmente de la provincia de Madrid, no salen de su asombro ante sus prodigiosas aptitudes para el toreo.
Al no poder debutar con picadores en España por motivos de su corta edad, decide junto a su padre viajar a México. Tras unos primeros meses muy difíciles alejado de su madre y hermanos, su carrera toma un rumbo triunfal el 3 de agosto de 1997, cuando indulta al novillo “Feligrés” en la Monumental de México. Inmediatamente se convierte en todo un ídolo en el país azteca, donde actúa en casi 100 novilladas (torea hasta 3 festejos en un mismo día), siete de ellas en la plaza México, llenando plazas y logrando triunfos apoteósicos, como las cuatro salidas en hombros en La Monumental o el indulto de 5 novillos.
Con la vitola de sus triunfos al otro lado del charco, se presenta en España en la temporada 1998 confirmando la expectación. Sale en hombros en prácticamente todas las plazas donde actúa, como Sevilla o Madrid, donde el 13 de septiembre se presenta y cuelga el cartel de “no hay billetes” para lidiar seis novillos en solitario.
Es un torero completo en todos los tercios, y además trae la frescura de más de 30 quites diferentes con el capote, algunas aprendidas en México, otras inventadas por él como las lopecinas o las escobinas (bautizadas así en honor a los apellidos de sus padres) y recuperando suertes antiguas.
Con una expectación histórica toma la alternativa a los 15 años de edad en Nimes (Francia) el 18 de septiembre de 1998 de manos de José María Manzanares y con Ortega Cano de testigo. La corrida, televisada en directo por Televisión Española es todo un éxito. El Juli se convierte, aparte del matador de toros más joven de la historia, en un fenómeno de masas. Se suceden los reportajes y las entrevistas, graba anuncios de televisión y es un ídolo de la juventud y de las adolescentes. Trae mucha gente nueva a los toros y llena plazas como no se recordaba desde la época de Manuel Benítez “El Cordobés”.
Figura del toreo desde el primer momento, El Juli comienza una época frenética en Europa y América (en 1999 torea un total de 161 corridas). Los siguientes años son igual de intensos y de apoteósicos, aunque sufre varios percances y cornadas, como la de Bilbao en la cara.
Tras su histórica faena en el Palacio Vistalegre de Madrid el 4 de octubre de 2002 al toro “Desván”, El Juli se plantea un giro a su trayectoria para ahondar en su tauromaquia. Decide dejar la suerte de banderillas y reducir el número de festejos, aunque sin dejar de asumir su posición de máxima figura del toreo.
Aun siendo también años exitosos, es una época de transición artística que culmina el 23 de mayo de 2007 en la plaza de toros de Las Ventas, cuando cuaja al toro “Cantapájos”, de la ganadería de Victoriano del Río, y sale en hombros por la puerta grande.
Cada año es declarado triunfador de la temporada taurina o no se baja del virtual pódium de triunfadores. No conoce plaza de toros del mundo de la que no haya salido por su puerta grande. En Francia obtiene datos aplastantes, como en los anfiteatros romanos de Nimes (85 orejas, 3 rabos y 26 puertas grandes) o Arles (49 orejas, 5 rabos y 18 salidas en hombros por la puerta grande). En América conquista cada país taurino, especialmente México. En la Monumental de México, el coso más grande del mundo, cuaja faenas inolvidables, corta dos rabos, indulta otro toro y en 17 ocasiones sale en hombros como matador de toros.
En España, en las plazas de primera categoría que El Juli lidera en el siglo XXI, destacan las cuatro puertas grandes en Bilbao, donde es un torero predilecto como le demostraron en 2002 con un multitudinario homenaje en el teatro Arrieta. También las 19 veces que sale en hombros de la Monumental de Barcelona (una plaza muy querida por Julián que fue despojada de libertad por los antojos políticos) o la docena de puertas grandes en Pamplona durante los sanfermines. En las demás plazas de primera sus datos son igual de asombrosos, como en Valencia (18 puertas grandes), Zaragoza (cortó un rabo en el año 2000), San Sebastián, Málaga, Córdoba...
Pero es en Sevilla donde supera todos los registros conocidos. Es el matador de toros con más Puertas del Príncipe de la historia. Nada menos que siete, destacando la tarde del 16 de abril de 2018 tras indultar al toro “Orgullito”, de Garcigrande.
También en Sevilla, en el año 2013, sufre la cornada más grave de las 20 que tatúan su cuerpo. Un toro le parte la femoral y El Juli vive momentos dramáticos. Hasta tres veces le tuvieron que intervenir la pierna.
El Juli ha actuado en 1829 corridas de toros, ha lidiado 3845 toros, cortando 2839, 97 rabos, saliendo en hombros en 945 ocasiones e indultado 31 toros.
16 veces se ha encerrado con seis toros en solitario. Ha concedido 44 alternativas y en 126 ocasiones se ha medido con otro torero en mano a mano.
Actualmente disfruta del mejor momento de su carrera en Madrid, donde pasó de ser un torero muy exigido a disfrutar de la entrega del público madrileño gracias a las grandiosas faenas realizadas los últimos años. Especialmente con la tarde de la pasada temporada ante la corrida de La Quinta, donde se desbordaron las emociones con una faena histórica que marca su trayectoria.
Premiado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, El Juli vive un momento de plenitud en el toreo. Creó una Fundación y una Escuela Taurina donde ayuda a jóvenes promesas del planeta taurino a conseguir sus sueños. También se compró una finca en Olivenza (Badajoz) donde creó la ganadería El Freixo. Allí vive actualmente con su familia: su mujer Rosario y sus tres hijos: Rosario, Fernando e Isabel.
Este año cumple 25 temporadas como matador de toros, siempre como máxima figura del torero y sin dejar de asumir la responsabilidad de su posición. Un caso inédito en la historia de la tauromaquia.